Exposición del Abog. Martín Auletta.
Comunicación y Dirigencia Deportiva
Seminario de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social - UNLP.
domingo, 21 de septiembre de 2014
miércoles, 6 de agosto de 2014
Dueños del lugar de la pasión.
Tensiones y disputas acerca del Estadio de Gimnasia en el Paseo del Bosque.
(*) Por Fernado Domínguez y Agustín González Guerra.
Abstract
Para este trabajo se va a considerar la nueva apropiación
de los espacios públicos, y el fútbol como un campo de estudio con dimensiones
sociales, culturales y de disputas políticas. Además de la relevancia de la
ecología como un actor sociopolítico y de disputa en un campo simbólico y
jurídico sobre los espacios naturales locales, así como también del cambio de
concepción y de acción en este tema por parte del Estado municipal de la ciudad
de La Plata en el último tiempo.
En este sentido el proceso a través del cual, el Club de
Gimnasia y Esgrima La Plata inició sus reclamos en la década del noventa por
los derechos sobre las tierras en las que se encuentra su estadio de fútbol en
el Paseo del Bosque, reflejara el eje principal del trabajo. El mismo será
sobre las tensiones de un territorio vivido y las posibilidades y disputas
entre el Estado y una organización de la sociedad civil, que en este caso
terminó con la cesión y escrituración de las tierras a favor de los dos clubes
de la ciudad en octubre de 2011.
En el Bosque me enamore de tí
Suele decirse que el siglo XX es el siglo del fútbol, y
que los estadios son los templos del fútbol. Este deporte y sus escenarios
funcionan como fuertes operadores de identidad, siendo un eje eficaz de
identidades locales que encontraron en él un punto de articulación en sus
prácticas y repertorios culturales, en una tradición y estilo local (Alabarces
2002). En el rol activo de los sujetos en el fútbol, la construcción de sus
identidades puede visualizarse como lucha y como prácticas de producción.
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX en
Argentina comienzan a surgir las primeras instituciones deportivas modernas, se
dan luchas desiguales para conseguir un terreno propio, para que alguien
pusiera el dinero que permitiera comprar camisetas, una pelota o incluso un
sello que identificara al nuevo club (Fabbri 2006). En la ciudad de La Plata,
el 26 de Abril de 1924 el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata inaugura el
estadio J.C Zerillo, ubicado en las calles 60 y 118 dentro del mayor parque de
la ciudad, denominado Paseo del Bosque y muy cerca del barrio Mondongo. La
extensión actual aproximada es de 60 hectáreas, y su origen es a partir de la
estancia de Martín Iraola, que fue expropiada para la fundación de la ciudad.
En la inauguración del nuevo estadio, entre los presentes
se encuentra el entonces gobernador Dr. Cantilo, en una época en la que el
Estado alentaba la construcción de estadios en el marco del creciente
urbanismo. Éste rol será más notorio en las décadas de 1940 y 1950, cuando por
primera vez sobre el ámbito deportivo el Estado designe organismos para
organizar y promocionar las actividades deportivas (Rodríguez 1997) y se levanten
entre otros, los estadios de Vélez, Huracán y Racing con un fuerte apoyo
estatal.
Con el tiempo los sectores populares de la ciudad fueron
incorporándose a través del fútbol al club, en especial las personas
provenientes de los frigoríficos de Berisso, Ensenada y los trabajadores del
Barrio Mondongo. El J.C Zerillo comenzó a ser reconocido popularmente como “el
estadio del Bosque”, y Gimnasia como la mayoría de los clubes ha forjado y
construido su historia en base a este territorio material y simbólico. Los
estadios y barrios circundantes, representan mucho más que el simple lugar
donde se desarrolla la competición deportiva. Para los hinchas, su estadio es
“su casa”, donde todos comparten los valores, los rituales, los lugares que
desde la infancia comienzan a cargarse de un sentido compartido.
Si en los estadios se comparten vínculos significativos
propios de un grupo de pertenencia, el peligro y el debate sobre la continuidad
del estadio en el paseo del bosque para los triperos
es muy importante y determinante para la identidad de estos sujetos. Se puede
definir la identidad como un proceso de relación e históricamente constituido, en
el que surgen diversos elementos de análisis que van determinando las
características de un sujeto o de su grupo de referencia. Uno de ellos es el
espacio, el territorio, identificado a nivel imaginario como lo barrial, como aquel
conjunto de valores compartidos que construyen y son construidos desde el mundo
social de los actores que lo integran. El estadio del Bosque está muy ligado al
barrio Mondongo, en la concepción de Gimnasia como un club popular. Lo barrial aparece como valor y como símbolo. Esta última
dimensión es la que se utiliza para dar o quitar prestigio, o asignar atributos
y estigmatizar. De aquí irrumpe un conjunto de significaciones que, en su
totalidad, marcarán lo que se denomina la ideología de lo barrial (Gravano,
1997).
Debate por el
bosque como espacio público
En las primeras décadas la presencia de Gimnasia en el
Bosque no fue motivo de debate ni de amenaza, incluso en los años 70’ cuando la
relación entre los clubes y los poderes públicos tiene su hora más difícil. En
este tiempo se da la desaparición de los estadios de San Lorenzo de Almagro con
presiones del gobierno militar de la última dictadura y del Club Atlético
Platense. Pero será a partir de la década del noventa, cuando se reordena la
lógica del fútbol basado en el rol de la AFA, la importancia de la televisión,
y el negocio mediático (Frydenberg y Daskal, 2010) que la presencia de los
clubes en el Bosque comenzará a ser cuestionada a medida que avance el proyecto
de la construcción del Estadio Único Ciudad de La Plata por parte del gobierno
provincial y municipal. La seguridad y el medio ambiente serán los ejes del
debate, que encontrará primero como máximos exponentes directamente a las
autoridades políticas y en el último tiempo a organizaciones ecologistas.
El espacio público aparece como uno de lo ámbitos donde
convergen y se expresan posturas y contradicciones sociales, culturales y
políticas de una sociedad y de una época determinada. Esto no es ajeno a lo que
sucede con el paseo del bosque, lugar de discusión, disputa, y donde diferentes
grupos, ya sea los socios, organizaciones ambientales como también las
autoridades políticas, cada una con necesidades e intereses distintos se
encuentran en permanente tensión.
Con respecto al espacio público, se lo puede considerar
desde diferentes dimensiones, ya sean físicas, sociales, culturales y
políticas. De esta manera, aparece el Paseo del Bosque como lugar de relación e
identificación, de manifestaciones por parte de sus hinchas y de contacto entre
las gentes que guiados por un sentimiento y amor incondicional se expresan ante
“los otros” defendiendo los que es suyo. El espacio público supone, ya sea
dominio público, uso social colectivo y diversidad de actividades. Se
caracteriza físicamente por su accesibilidad, rasgo que lo hace ser un elemento
convergencia. La calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la
intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita por su
capacidad de acoger y mezclar distintos grupos y comportamientos, y por su
capacidad de estimular la identificación simbólica y la integración cultural
(Segovia 2000).
Asimismo y haciendo énfasis desde una perspectiva
similar, en términos propiamente culturales, lo local y los lugares se
convierten cada vez más en trincheras de identidad. Si se pierden los espacios
de interacción social, de determinación reciproca de los habitantes de una
ciudad, los lugares en donde se construye la identidad colectiva.
Para el debate y la polémica entorno al bosque, es
interesante tener en cuenta las nociones de hibridación espacial, y discurso.
Después de 80 años de permanencia en el lugar, podría decirse que sucede lo que
ocurre en un espacio público entendido como un proceso de hibridación, aquello
que se produce por la destrucción de viejas identidades y el surgimiento de
nuevas manifestaciones (García Canclini, 1990). Comienza a ser amenazado el
lugar que ocupa Gimnasia en el Bosque, por el surgimiento de nuevas nociones
acerca de lo que tiene que ser ese espacio verde. En este sentido, podría
decirse que el bosque empieza a ser visto como un espacio que encierra múltiples
identidades, apropiaciones y que interpela a los actores de diversas maneras.
Los espacios públicos pueden ser constructores de
identidades, que actúan como soportes de experimentos sociales, pero que en su
esencia representan un campo de pluralidad de experiencias y prácticas. Además,
el bosque como uno de los espacios públicos tradicionales de la ciudad, es un
espacio de comunicación, un territorio de la lucha que se genera por la
identidad entre las personas que cotidianamente hacen uso de él.
Desde todos los sectores del club Gimnasia reconocen en
el periódico Tribuna Gimnasista y en su director, Néstor Basile, la vanguardia
de la lucha en defensa del estadio del Bosque y en oposición a la construcción
del estadio Ciudad de La Plata. Será él quien durante tiempo impulse y encabece
la primera marcha multitudinaria que convocó a miles de hinchas de Gimnasia en
la puerta de la municipalidad, en reclamo de la cesión de las tierras del
Bosque el 10 de Diciembre de 1990. El estilo discursivo del periódico podría
ser comparado con aquellas lógicas narrativas y modos organizativos de hacer
política de los setenta. El reconocimiento a Néstor Basile como líder de
aquella vanguardia fundadora, lo posiciona al periodista, en concepción de
Gramsci, en el rol del intelectual orgánico. Como responsable de la
concientización sobre el conflicto, es decir cumpliendo la tarea de aglutinar,
cohesionar y construir el frente de lucha histórico que disputará la presencia
de Gimnasia en el Bosque (Bylik y Branz 2008).
En los primeros años de los noventa para las partes
pareciera no haber punto intermedio, para que el bosque pueda ser realmente un
espacio público protegido no tienen que estar los estadios. Son tiempos en los
que Basile denominará al bosque y al estadio como “la tierra de la dignidad,
ombligo del mundo para todos los triperos” en contraposición al polémico
Estadio Único. El gobernador Antonio Cafiero llegará a manifestar que “El
Estadio Único se construirá igual a pesar de que un diarito (NdR: se refiere a
Tribuna Gimnasista) se oponga” y luego el también gobernador Eduardo Duhalde
dirá que “Las próximas generaciones disfrutaran de un bosque sin los dos estadios”.
En este sentido, el fútbol puede ser pensado como un espacio
donde se construye sentido social, se desatan luchas por el poder, la hegemonía
y la legitimidad cultural. Por un lado
los socios organizados de Gimnasia[1]
que se presentan como históricos y legítimos dueños y actores de un espacio que
ocupan desde hace más de 80 años. Por otro, las autoridades políticas y las
organizaciones ecologistas que se posicionan entorno al bosque como espacio
público en tanto lugar de esparcimiento y recreación de las familias
exclusivamente, que tiene que estar librado de los estadios, que además
ocasionan impacto ambiental.
Los hinchas de Gimnasia con la resistencia al proyecto
oficial –abandonar el estadio del bosque y compartir el nuevo estadio con su
rival-, y mediante la acción colectiva y organizada, generan “nuevos” sentidos.
Contra el poder político y la mayoría de los medios de comunicación
tradicionales, los hinchas revalorizan la historia y su espacio de
socialización, a partir de un territorio en común: el bosque. El colectivo
resiste a las disposiciones mediante la negación del proyecto oficial, a partir
del reconocimiento del poder hegemónico. Es decir que la contienda se da en
plano simbólico y material. Una lucha por la historia, la memoria, y el
territorio: la identidad (Bylik y Branz 2008). La cuestión del territorio para
los hinchas de Gimnasia, como elemento fundamental de la identidad, se vuelve
más aún abordable en el caso de los socios organizados, como el principio
motivador de la resistencia al nuevo estadio Ciudad de La Plata.
Retomando la idea del bosque como espacio público, es en
él entonces donde comienza a producirse la exposición de los distintos
intereses que se miden, negocian, y concertan sus fuerzas entre sí y ante el
poder. Acá se define y se decide la agenda política de la ciudad. El punto
máximo de discusión fue cuando en 2006 se produce el traslado momentáneo de la
localía al Estadio Único, que sin dudas fue otro punto histórico, que
revitalizó la lucha iniciada en 1990, desatando un proceso de re-apropiación
simbólica del estadio del Bosque. Se inicia una etapa de “resistencia” en los
espacios, reflejada en diversas prácticas y marcas, en la búsqueda de reforzar
la identidad de quienes sufren el traslado de la localía. Se realizan
actividades, murales y distintas manifestaciones culturales en el propio
estadio. De alguna manera se resguarda el estadio, el lugar, para que nada haga
peligrar aquella memoria e historia construida en relación al Bosque. Se
multiplican las banderas, graffitis y carteles con la leyenda “No hay Lobo sin
Bosque”. El traslado de la localía reafirmó la pertenencia elevando el ideal de
lo que fue y debe ser el territorio, siempre en materia de identidad.
Nuevo escenario
político, organizaciones ecologistas y cesión de las tierras
La disputa por ocupar el territorio simbólicamente se
materializó de diferentes formas, como en la no asistencia a los partidos que
Gimnasia jugó en el otro estadio y concentrándose en el Bosque, pedidos de
asamblea extraordinaria por parte de los socios para tratar el tema,
presentación y triunfo de listas opositoras en elecciones de cargos menores, y
denuncias en Personas Jurídicas por el incumplimiento del estatuto del club. En
este sentido, a la herencia de las movilizaciones de la década del noventa se
le sumó la judicialización del conflicto por parte de los nuevos integrantes de
la organización, y marcarían el preámbulo del largo período de presentaciones
judiciales en el último tiempo por la obtención formal de las tierras del
bosque.
El cambio de gobierno municipal y provincial que ocurrió
en 2007, trajo aparejado el cese de la presión política[2]
por utilizar el estadio único, que sumado a la caída del presidente Juan José
Muñoz en Gimnasia que impulsó el traslado de la localía, abrió un nuevo
escenario en la disputa por la permanencia en el Bosque. Con la nueva comisión
directiva en el club, el equipo volvió a disputar los partidos del fútbol
profesional en 60 y 118 y tomo fuerza y visibilidad el proyecto de remodelación
del propio estadio. Pero superadas las trabas de las autoridades políticas, el
rechazo a la presencia de los clubes en el paseo del bosque será encabezado por
un grupo de organizaciones ecologistas lideradas por Hoja de Tilo y Fundación
Biosfera que van a iniciar y profundizar la judicialización del conflicto con
las presentaciones que lograron frenar la remodelación del estadio del club
Estudiantes y con él también las que pretendía iniciar Gimnasia.
Estas organizaciones, teniendo en cuenta la concepción
que distingue tres corrientes del ecologismo, se pueden ubicar en la que
respecta al culto de la vida silvestre. Esta se preocupa por la preservación de
la naturaleza silvestre; es indiferente u opuesta al crecimiento económico,
valora negativamente el crecimiento poblacional y busca respaldo científico en
la biología de la conservación. De ahí que su accionar se encamine a crear
reservas y parques naturales en aquellos lugares donde existen especies
amenazadas o sitios caracterizados por la biodiversidad. Grandes
internacionales conservacionistas, muchas veces poco respetuosas de las
poblaciones nativas, se instalan en este registro biocéntrico (Martínez Allier 2004).
Hoja de Tilo se pronuncia en contra de la presencia de todas las instituciones
que poseen construcciones en el paseo del bosque, salvo con la Universidad
Nacional de La Plata que no cuestiona, y
propone el cierre y el enrejado de todo el paseo.
El largo proceso judicial con las ONG, incluyó sentencias
de la suprema corte provincial y apelaciones, con la Municipalidad de La Plata
tomando la representación jurídica y la defensa de los clubes. Ese mismo Estado
municipal que antes había clausurado los estadios, ahora tomaba a su cargo la
defensa. En sintonía, el Estado provincial continúa y profundiza el proyecto
del Estadio Ciudad de La Plata pero ahora reconociendo los derechos sobre las
tierras a los clubes. El conflicto incluso llegó a dar lugar a la intervención
del poder ejecutivo nacional, que en el último tiempo comprendió la importancia
cultural del fútbol. En un contexto del fútbol argentino en el que también San
Lorenzo de Almagro intensifica la lucha por volver al Viejo Gasómetro, en 2009
la presidenta de la nación Dra. Cristina Kirchner anunció en su visita a La
Plata que “hemos reconocido a los triperos y a los pinchas la propiedad de sus
tierras, ya que tanto les gusta jugar en sus canchas. Ojalá que sirva para que
la gente sea feliz y que cada uno pueda realizarse donde le parece”[3].
El tiempo de la resistencia dio paso al momento del consenso, que demoró dos
años más, cuando en una instancia judicial, la provincia de Buenos Aires
escrituró las tierras a favor de los dos clubes en el mes de octubre de 2011.
(*) Ponencia en el marco del Taller de Planificación de
la Comunicación en Políticas Públicas (FPyCS). La Plata, 2011.
BIBLIOGRAFÍA
- ALABARCES,
Pablo (2002):“Fútbol y Patria. El Fútbol y las narrativas de la Nación en
la Argentina”. Prometeo libros. Buenos Aires.
- RODRIGUEZ,
María Graciela: “El deporte como política de Estado (período 1944-1955);
Revista Virtual Educación Física y Deportes.
- FABBRI,
Alejandro (2006): “El nacimiento de una pasión. Historia de los clubes de
fútbol”. Capital Intelectual. Buenos Aires.
- FRYDENBERG,
Julio y DASKAL, Rodrigo (2010): “Fútbol, historia y política”. Arelia
Libros.
- BYLYK,
C. & J. BRANZ, Bautista (2008): "Del Bosque no me Voy”. Fútbol e
Identidad. Tesis de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP
- CANCLINI,
Garcia Néstor (1990). “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir
de la modernidad”.
- GRAVANO,
Ariel (1997): “Variables de lo barrial y lo barrial como variable en la
ciudad intermedia”.
- SEGOVIA,
Olga (2000): “Espacio público y ciudadanía”. Edición Ana Falú.
- MARTÍNEZ
ALIER (2004), Joan: “El ecologismo de los pobres”. Conflictos ecológicos y
lenguajes de valoración. Icaria Antrazyt. FLACSO.
[1] Tribuna Gimnasista, Filiales, Agrupaciones y en menor medida las
comisiones directivas, presionadas por los socios para defender el Estadio del
Bosque.
[2] A través del COPROSEDE, organismo dependiente del Poder Ejecutivo
Provincial que fue el encargado de suspender el Estadio del Bosque.
[3] Diario EL DIA, 11 de Junio de 2009.
Contacto
Lic. Fernando Domínguez
E-mail: ferchod@gmail.com
Twitter: @ferchodominguez
Lic. Agustín González Guerra
E-mail: ferchod@gmail.com
Twitter: @ferchodominguez
Lic. Agustín González Guerra
Bibliografía
Consigna Trabajo Final. Extensión Espacio Memoria.
Enlace.
Bibliografía obligatoria
Bibliografía optativa
Enlace.
Bibliografía obligatoria
- Un acercamiento al desarrollo de los clubes deportivos sin fines de lucro. Periodismo Deportivo I, Documento de Cátedra.
- Historia política del deporte argentino. (Selección). Víctor Lupo.
- La planificación en instituciones deportivas. Periodismo Deportivo II. Documento de Cátedra.
- Los clubes de fútbol: ¿asociaciones civiles o sociedades anónimas?. Héctor Palomino.
- El deporte como política de estado. María Graciela Rodríguez.
Bibliografía optativa
- Dueños del lugar de la pasión. Tensiones y disputas con el estadio de Gimnasia en el Paseo del Bosque. Fernando Domínguez y Agustín González Guerra.
- Los nombres de los clubes de fútbol en Buenos Aires 1880-1930. Julio Frydenberg.
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