miércoles, 6 de agosto de 2014

Dueños del lugar de la pasión.

Tensiones y disputas acerca del Estadio de Gimnasia en el Paseo del Bosque.



(*) Por Fernado Domínguez y Agustín González Guerra.

Abstract

Para este trabajo se va a considerar la nueva apropiación de los espacios públicos, y el fútbol como un campo de estudio con dimensiones sociales, culturales y de disputas políticas. Además de la relevancia de la ecología como un actor sociopolítico y de disputa en un campo simbólico y jurídico sobre los espacios naturales locales, así como también del cambio de concepción y de acción en este tema por parte del Estado municipal de la ciudad de La Plata en el último tiempo.


En este sentido el proceso a través del cual, el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata inició sus reclamos en la década del noventa por los derechos sobre las tierras en las que se encuentra su estadio de fútbol en el Paseo del Bosque, reflejara el eje principal del trabajo. El mismo será sobre las tensiones de un territorio vivido y las posibilidades y disputas entre el Estado y una organización de la sociedad civil, que en este caso terminó con la cesión y escrituración de las tierras a favor de los dos clubes de la ciudad en octubre de 2011. 

En el Bosque me enamore de tí

Suele decirse que el siglo XX es el siglo del fútbol, y que los estadios son los templos del fútbol. Este deporte y sus escenarios funcionan como fuertes operadores de identidad, siendo un eje eficaz de identidades locales que encontraron en él un punto de articulación en sus prácticas y repertorios culturales, en una tradición y estilo local (Alabarces 2002). En el rol activo de los sujetos en el fútbol, la construcción de sus identidades puede visualizarse como lucha y como prácticas de producción.
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX en Argentina comienzan a surgir las primeras instituciones deportivas modernas, se dan luchas desiguales para conseguir un terreno propio, para que alguien pusiera el dinero que permitiera comprar camisetas, una pelota o incluso un sello que identificara al nuevo club (Fabbri 2006). En la ciudad de La Plata, el 26 de Abril de 1924 el Club de Gimnasia y Esgrima La Plata inaugura el estadio J.C Zerillo, ubicado en las calles 60 y 118 dentro del mayor parque de la ciudad, denominado Paseo del Bosque y muy cerca del barrio Mondongo. La extensión actual aproximada es de 60 hectáreas, y su origen es a partir de la estancia de Martín Iraola, que fue expropiada para la fundación de la ciudad.

En la inauguración del nuevo estadio, entre los presentes se encuentra el entonces gobernador Dr. Cantilo, en una época en la que el Estado alentaba la construcción de estadios en el marco del creciente urbanismo. Éste rol será más notorio en las décadas de 1940 y 1950, cuando por primera vez sobre el ámbito deportivo el Estado designe organismos para organizar y promocionar las actividades deportivas (Rodríguez 1997) y se levanten entre otros, los estadios de Vélez, Huracán y Racing con un fuerte apoyo estatal.

Con el tiempo los sectores populares de la ciudad fueron incorporándose a través del fútbol al club, en especial las personas provenientes de los frigoríficos de Berisso, Ensenada y los trabajadores del Barrio Mondongo. El J.C Zerillo comenzó a ser reconocido popularmente como “el estadio del Bosque”, y Gimnasia como la mayoría de los clubes ha forjado y construido su historia en base a este territorio material y simbólico. Los estadios y barrios circundantes, representan mucho más que el simple lugar donde se desarrolla la competición deportiva. Para los hinchas, su estadio es “su casa”, donde todos comparten los valores, los rituales, los lugares que desde la infancia comienzan a cargarse de un sentido compartido.

Si en los estadios se comparten vínculos significativos propios de un grupo de pertenencia, el peligro y el debate sobre la continuidad del estadio en el paseo del bosque para los triperos es muy importante y determinante para la identidad de estos sujetos. Se puede definir la identidad como un proceso de relación e históricamente constituido, en el que surgen diversos elementos de análisis que van determinando las características de un sujeto o de su grupo de referencia. Uno de ellos es el espacio, el territorio, identificado a nivel imaginario como lo barrial, como aquel conjunto de valores compartidos que construyen y son construidos desde el mundo social de los actores que lo integran. El estadio del Bosque está muy ligado al barrio Mondongo, en la concepción de Gimnasia como un club popular. Lo barrial aparece como valor y como símbolo. Esta última dimensión es la que se utiliza para dar o quitar prestigio, o asignar atributos y estigmatizar. De aquí irrumpe un conjunto de significaciones que, en su totalidad, marcarán lo que se denomina la ideología de lo barrial (Gravano, 1997).

Debate por el bosque como espacio público

En las primeras décadas la presencia de Gimnasia en el Bosque no fue motivo de debate ni de amenaza, incluso en los años 70’ cuando la relación entre los clubes y los poderes públicos tiene su hora más difícil. En este tiempo se da la desaparición de los estadios de San Lorenzo de Almagro con presiones del gobierno militar de la última dictadura y del Club Atlético Platense. Pero será a partir de la década del noventa, cuando se reordena la lógica del fútbol basado en el rol de la AFA, la importancia de la televisión, y el negocio mediático (Frydenberg y Daskal, 2010) que la presencia de los clubes en el Bosque comenzará a ser cuestionada a medida que avance el proyecto de la construcción del Estadio Único Ciudad de La Plata por parte del gobierno provincial y municipal. La seguridad y el medio ambiente serán los ejes del debate, que encontrará primero como máximos exponentes directamente a las autoridades políticas y en el último tiempo a organizaciones ecologistas.

El espacio público aparece como uno de lo ámbitos donde convergen y se expresan posturas y contradicciones sociales, culturales y políticas de una sociedad y de una época determinada. Esto no es ajeno a lo que sucede con el paseo del bosque, lugar de discusión, disputa, y donde diferentes grupos, ya sea los socios, organizaciones ambientales como también las autoridades políticas, cada una con necesidades e intereses distintos se encuentran en permanente tensión.

Con respecto al espacio público, se lo puede considerar desde diferentes dimensiones, ya sean físicas, sociales, culturales y políticas. De esta manera, aparece el Paseo del Bosque como lugar de relación e identificación, de manifestaciones por parte de sus hinchas y de contacto entre las gentes que guiados por un sentimiento y amor incondicional se expresan ante “los otros” defendiendo los que es suyo. El espacio público supone, ya sea dominio público, uso social colectivo y diversidad de actividades. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, rasgo que lo hace ser un elemento convergencia. La calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita por su capacidad de acoger y mezclar distintos grupos y comportamientos, y por su capacidad de estimular la identificación simbólica y la integración cultural (Segovia 2000).

Asimismo y haciendo énfasis desde una perspectiva similar, en términos propiamente culturales, lo local y los lugares se convierten cada vez más en trincheras de identidad. Si se pierden los espacios de interacción social, de determinación reciproca de los habitantes de una ciudad, los lugares en donde se construye la identidad colectiva.

Para el debate y la polémica entorno al bosque, es interesante tener en cuenta las nociones de hibridación espacial, y discurso. Después de 80 años de permanencia en el lugar, podría decirse que sucede lo que ocurre en un espacio público entendido como un proceso de hibridación, aquello que se produce por la destrucción de viejas identidades y el surgimiento de nuevas manifestaciones (García Canclini, 1990). Comienza a ser amenazado el lugar que ocupa Gimnasia en el Bosque, por el surgimiento de nuevas nociones acerca de lo que tiene que ser ese espacio verde. En este sentido, podría decirse que el bosque empieza a ser visto como un espacio que encierra múltiples identidades, apropiaciones y que interpela a los actores de diversas maneras.
Los espacios públicos pueden ser constructores de identidades, que actúan como soportes de experimentos sociales, pero que en su esencia representan un campo de pluralidad de experiencias y prácticas. Además, el bosque como uno de los espacios públicos tradicionales de la ciudad, es un espacio de comunicación, un territorio de la lucha que se genera por la identidad entre las personas que cotidianamente hacen uso de él.

Desde todos los sectores del club Gimnasia reconocen en el periódico Tribuna Gimnasista y en su director, Néstor Basile, la vanguardia de la lucha en defensa del estadio del Bosque y en oposición a la construcción del estadio Ciudad de La Plata. Será él quien durante tiempo impulse y encabece la primera marcha multitudinaria que convocó a miles de hinchas de Gimnasia en la puerta de la municipalidad, en reclamo de la cesión de las tierras del Bosque el 10 de Diciembre de 1990. El estilo discursivo del periódico podría ser comparado con aquellas lógicas narrativas y modos organizativos de hacer política de los setenta. El reconocimiento a Néstor Basile como líder de aquella vanguardia fundadora, lo posiciona al periodista, en concepción de Gramsci, en el rol del intelectual orgánico. Como responsable de la concientización sobre el conflicto, es decir cumpliendo la tarea de aglutinar, cohesionar y construir el frente de lucha histórico que disputará la presencia de Gimnasia en el Bosque (Bylik y Branz 2008).

En los primeros años de los noventa para las partes pareciera no haber punto intermedio, para que el bosque pueda ser realmente un espacio público protegido no tienen que estar los estadios. Son tiempos en los que Basile denominará al bosque y al estadio como “la tierra de la dignidad, ombligo del mundo para todos los triperos” en contraposición al polémico Estadio Único. El gobernador Antonio Cafiero llegará a manifestar que “El Estadio Único se construirá igual a pesar de que un diarito (NdR: se refiere a Tribuna Gimnasista) se oponga” y luego el también gobernador Eduardo Duhalde dirá que “Las próximas generaciones disfrutaran de un bosque sin los dos estadios”.

En este sentido, el fútbol puede ser pensado como un espacio donde se construye sentido social, se desatan luchas por el poder, la hegemonía y la legitimidad  cultural. Por un lado los socios organizados de Gimnasia[1] que se presentan como históricos y legítimos dueños y actores de un espacio que ocupan desde hace más de 80 años. Por otro, las autoridades políticas y las organizaciones ecologistas que se posicionan entorno al bosque como espacio público en tanto lugar de esparcimiento y recreación de las familias exclusivamente, que tiene que estar librado de los estadios, que además ocasionan impacto ambiental.

Los hinchas de Gimnasia con la resistencia al proyecto oficial –abandonar el estadio del bosque y compartir el nuevo estadio con su rival-, y mediante la acción colectiva y organizada, generan “nuevos” sentidos. Contra el poder político y la mayoría de los medios de comunicación tradicionales, los hinchas revalorizan la historia y su espacio de socialización, a partir de un territorio en común: el bosque. El colectivo resiste a las disposiciones mediante la negación del proyecto oficial, a partir del reconocimiento del poder hegemónico. Es decir que la contienda se da en plano simbólico y material. Una lucha por la historia, la memoria, y el territorio: la identidad (Bylik y Branz 2008). La cuestión del territorio para los hinchas de Gimnasia, como elemento fundamental de la identidad, se vuelve más aún abordable en el caso de los socios organizados, como el principio motivador de la resistencia al nuevo estadio Ciudad de La Plata.

Retomando la idea del bosque como espacio público, es en él entonces donde comienza a producirse la exposición de los distintos intereses que se miden, negocian, y concertan sus fuerzas entre sí y ante el poder. Acá se define y se decide la agenda política de la ciudad. El punto máximo de discusión fue cuando en 2006 se produce el traslado momentáneo de la localía al Estadio Único, que sin dudas fue otro punto histórico, que revitalizó la lucha iniciada en 1990, desatando un proceso de re-apropiación simbólica del estadio del Bosque. Se inicia una etapa de “resistencia” en los espacios, reflejada en diversas prácticas y marcas, en la búsqueda de reforzar la identidad de quienes sufren el traslado de la localía. Se realizan actividades, murales y distintas manifestaciones culturales en el propio estadio. De alguna manera se resguarda el estadio, el lugar, para que nada haga peligrar aquella memoria e historia construida en relación al Bosque. Se multiplican las banderas, graffitis y carteles con la leyenda “No hay Lobo sin Bosque”. El traslado de la localía reafirmó la pertenencia elevando el ideal de lo que fue y debe ser el territorio, siempre en materia de identidad.

Nuevo escenario político, organizaciones ecologistas y cesión de las tierras

La disputa por ocupar el territorio simbólicamente se materializó de diferentes formas, como en la no asistencia a los partidos que Gimnasia jugó en el otro estadio y concentrándose en el Bosque, pedidos de asamblea extraordinaria por parte de los socios para tratar el tema, presentación y triunfo de listas opositoras en elecciones de cargos menores, y denuncias en Personas Jurídicas por el incumplimiento del estatuto del club. En este sentido, a la herencia de las movilizaciones de la década del noventa se le sumó la judicialización del conflicto por parte de los nuevos integrantes de la organización, y marcarían el preámbulo del largo período de presentaciones judiciales en el último tiempo por la obtención formal de las tierras del bosque.

El cambio de gobierno municipal y provincial que ocurrió en 2007, trajo aparejado el cese de la presión política[2] por utilizar el estadio único, que sumado a la caída del presidente Juan José Muñoz en Gimnasia que impulsó el traslado de la localía, abrió un nuevo escenario en la disputa por la permanencia en el Bosque. Con la nueva comisión directiva en el club, el equipo volvió a disputar los partidos del fútbol profesional en 60 y 118 y tomo fuerza y visibilidad el proyecto de remodelación del propio estadio. Pero superadas las trabas de las autoridades políticas, el rechazo a la presencia de los clubes en el paseo del bosque será encabezado por un grupo de organizaciones ecologistas lideradas por Hoja de Tilo y Fundación Biosfera que van a iniciar y profundizar la judicialización del conflicto con las presentaciones que lograron frenar la remodelación del estadio del club Estudiantes y con él también las que pretendía iniciar Gimnasia.

Estas organizaciones, teniendo en cuenta la concepción que distingue tres corrientes del ecologismo, se pueden ubicar en la que respecta al culto de la vida silvestre. Esta se preocupa por la preservación de la naturaleza silvestre; es indiferente u opuesta al crecimiento económico, valora negativamente el crecimiento poblacional y busca respaldo científico en la biología de la conservación. De ahí que su accionar se encamine a crear reservas y parques naturales en aquellos lugares donde existen especies amenazadas o sitios caracterizados por la biodiversidad. Grandes internacionales conservacionistas, muchas veces poco respetuosas de las poblaciones nativas, se instalan en este registro biocéntrico (Martínez Allier 2004). Hoja de Tilo se pronuncia en contra de la presencia de todas las instituciones que poseen construcciones en el paseo del bosque, salvo con la Universidad Nacional de La Plata que no cuestiona,  y propone el cierre y el enrejado de todo el paseo.

El largo proceso judicial con las ONG, incluyó sentencias de la suprema corte provincial y apelaciones, con la Municipalidad de La Plata tomando la representación jurídica y la defensa de los clubes. Ese mismo Estado municipal que antes había clausurado los estadios, ahora tomaba a su cargo la defensa. En sintonía, el Estado provincial continúa y profundiza el proyecto del Estadio Ciudad de La Plata pero ahora reconociendo los derechos sobre las tierras a los clubes. El conflicto incluso llegó a dar lugar a la intervención del poder ejecutivo nacional, que en el último tiempo comprendió la importancia cultural del fútbol. En un contexto del fútbol argentino en el que también San Lorenzo de Almagro intensifica la lucha por volver al Viejo Gasómetro, en 2009 la presidenta de la nación Dra. Cristina Kirchner anunció en su visita a La Plata que “hemos reconocido a los triperos y a los pinchas la propiedad de sus tierras, ya que tanto les gusta jugar en sus canchas. Ojalá que sirva para que la gente sea feliz y que cada uno pueda realizarse donde le parece”[3]. El tiempo de la resistencia dio paso al momento del consenso, que demoró dos años más, cuando en una instancia judicial, la provincia de Buenos Aires escrituró las tierras a favor de los dos clubes en el mes de octubre de 2011.

(*) Ponencia en el marco del Taller de Planificación de la Comunicación en Políticas Públicas (FPyCS). La Plata, 2011.


BIBLIOGRAFÍA

  • ALABARCES, Pablo (2002):“Fútbol y Patria. El Fútbol y las narrativas de la Nación en la Argentina”. Prometeo libros. Buenos Aires.
  • RODRIGUEZ, María Graciela: “El deporte como política de Estado (período 1944-1955); Revista Virtual Educación Física y Deportes.
  • FABBRI, Alejandro (2006): “El nacimiento de una pasión. Historia de los clubes de fútbol”. Capital Intelectual. Buenos Aires.
  • FRYDENBERG, Julio y DASKAL, Rodrigo (2010): “Fútbol, historia y política”. Arelia Libros.
  • BYLYK, C. & J. BRANZ, Bautista (2008): "Del Bosque no me Voy”. Fútbol e Identidad. Tesis de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP
  • CANCLINI, Garcia Néstor (1990). “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”.
  • GRAVANO, Ariel (1997): “Variables de lo barrial y lo barrial como variable en la ciudad intermedia”.
  • SEGOVIA, Olga (2000): “Espacio público y ciudadanía”. Edición Ana Falú.
  • MARTÍNEZ ALIER (2004), Joan: “El ecologismo de los pobres”. Conflictos ecológicos y lenguajes de valoración. Icaria Antrazyt. FLACSO.



[1] Tribuna Gimnasista, Filiales, Agrupaciones y en menor medida las comisiones directivas, presionadas por los socios para defender el Estadio del Bosque. 
[2] A través del COPROSEDE, organismo dependiente del Poder Ejecutivo Provincial que fue el encargado de suspender el Estadio del Bosque.
[3] Diario EL DIA, 11 de Junio de 2009. 

Contacto

Lic. Fernando Domínguez
E-mail: ferchod@gmail.com
Twitter: @ferchodominguez

Lic. Agustín González Guerra

Bibliografía

Consigna Trabajo Final. Extensión Espacio Memoria. 
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Bibliografía obligatoria



Bibliografía optativa

  • Dueños del lugar de la pasión. Tensiones y disputas con el estadio de Gimnasia en el Paseo del Bosque. Fernando Domínguez y Agustín González Guerra.